Cuenta la historia que el gobernador Gifford Pinchot condeno a cadena perpetua sin defensa, ni libertad condicional a este pobre can, su delito fue matar al estimado gato de su amada esposa.
Sin embargo, Pepcon los años de cautiverio se convirtió en la mascota de los prisioneros. Pep vivió entre los reclusos durante casi una década y el perro fue registrado con la ficha policial número “C2559”. La prisión en donde vivió y cumplió su condena Pep, estuvo en funcionamiento desde 1829 hasta 1971, y hoy en día es un lugar de interés histórico, al que muchos consideran que el sitio esta embrujado.
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