Lo que podría ser apenas un juego normal de televisión llevó a la muerte de una chica llamada Tiffany Eunick de seis años. Kathleen Grossett-Tate era la niñera de Tiffany y la llevó a su casa una noche.
Dejó a Tiffany con su hijo Lionel, de 14 años, para ver la televisión y subió a la planta superior. Alrededor de la 22:00 le gritó a los dos para que se callaran, perno nunca bajo a verificar el motivo del escándalo, pensando que estaban jugando.
Cuarenta y cinco minutos después, Lionel llamó a su madre y le dijo que la niña no estaba respirando. Explicó que se había golpeado la cabeza contra la mesa. La policía fue llamada y un médico forense dijo que la causa de la muerte se debió a un pisotón fuerte que laceró el hígado de Tiffany.
Además, los expertos declararon que la niña sufrió una lesión en la cabeza, fracturas de costillas, inflamación cerebral causada por una paliza que duró unos cinco minutos, y también se registraron otras 35 lesiones.
Tate cambió su declaración más tarde y dijo que saltó sobre ella desde la escalera. Tate fue condenado a prisión perpetua, sin derecho a libertad condicional en 2001, pero su sentencia fue revocada en base a que no fue concedida una audiencia de evaluación mental, ya sea antes o durante el juicio. Fue liberado en 2004, con 10 años de libertad condicional.
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