La Primera Guerra Mundial se llevó la vida de millones de
soldados y mutiló la vida sexual de muchos que al volver a casa no podían
procrear, bien por incapacidad física o por arrastrar traumas psicológicos. Un
joven ayudó a compensar la situación.
La doctora británica Helena Wright, pionera en educación
y terapia sexual, propuso en 1919 una secreta y controvertida solución:
recurrir a los servicios de un hombre que ayudara a muchas de estas mujeres a
ser madres sin establecer lazos emocionales. El candidato debía ser alto, guapo
(con buena dentadura), inteligente, educado, saludable y viril, según informa
el portal ‘The Daily Mail’.
La elección recayó sobre un joven de 20 años llamado
Derek, al que la doctora conoció a través de su esposa, la enfermera Suzanne.
Las mujeres que necesitaban de su servicio se ponían en contacto con Wright, y
ella les fijaba una cita con Derek a través de un telegrama a cambio de 10
libras y la promesa de guardar el secreto.
Derek se vestía con traje oscuro, camisa blanca, pajarita
de lunares y sombrero, mientras "los buenos modales, su sonrisa y
entusiasmo hacían el resto", cuenta el diario. Cada cita se concertaba
coincidiendo con las mejores fechas para concebir de cada mujer y rara vez se
repetía.
Cada vez que un hijo suyo llegaba al mundo, la doctora
Wright le informaba a través de un telegrama. Entre 1917 y 1950 Derek fue padre
de 496 niños. También tuvo tres hijos en su matrimonio y otros dos con la
amante de su padre (que después de la muerte de su padre se convirtió en la
suya). También tuvo 4 hijos en Malaya, Singapur. El resto fueron concebidos con
las pacientes de Helena Wright en las clínicas de Knightsbridge y Notting Hill.
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